Jime17

I woke up to an empty bed You weren't there and the moon told me you had escaped I was lost; this city is much too big for me The skycrappers loom over my head And the lights reflect in my eyes Fluorescent, bright and bold And the people come and go Elbows digging into ribs, shouldering their way across the crowd But I stand there alone and I watch the rain fall Puddles of water painted the color of neon signs A raindrop falls and the ripples dance Or was it the tears rolling down my face? A city that never sleeps, they say, is the place of dreams I lied awake till the clock sang midnight Till dawn lit up the sky But the dreams never came

You would love to hold onto this moment, wouldn’t you? Hug it firmly to your chest Stop the tick tock, tick tock of the clock Oh, you would love it, if you could freeze time Eternal smiles Eternal fluttering of the heart Eternal adrenaline that fills your lungs until you breathe in youth But, despite your tightly closed eyes, no spring lasts forever Eventually, seasons change The flowers dry up and the sun hides Warmness fades and you exhale foggy mornings It’s hard, isn’t it? It’s hard to let go It’s hard to let your ribs open wide and watch your heart say goodbye

Te mueves con la sutileza de pinceladas de tinta Finas, rápidas, elegantes Tu voz sabe a algodón de azúcar Del que se pega a tu paladar y endulza la punta de tu lengua Tu risa se siente como el viento que se enreda entre tus cabellos Libre, despreocupada, liviana Tus ojos evocan el sentimiento de un primer amor Nervios, incertidumbre, pero tanta, tanta suavidad Eres el sonido de las olas del mar abrazando las piedras, como si fueran dos amantes encontrándose Eres la calidez de un atardecer que juega a las escondidas entre los edificios de una ciudad que se pone en pausa Eres una sonrisa torcida, un beso de buenas noches

La ciudad está azul Llueve, el pavimento brilla como un cielo iluminado por relámpagos, y la ciudad está azul Las suelas de mis zapatos gotean Las gotas se deslizan sobre mi piloto rojo, caen Rompen la quietud de un charco La puerta del café de la esquina rechina con el tintinear de una campana Una melodía de jazz me saluda Y quisiera actuar como poeta de corazón roto, Sacar una libreta con versos entristecidos por la crueldad de este mundo Tal vez acompañar el danzar de mi birome con una taza amarga de café Sin embargo, la realidad es que no estoy acá para ninguna de esas cosas. Ni soy un poeta

Hoy corrí. Me escapé de los sueños rotos De las ventanas sin paisajes. Hoy corrí. Perseguí una esperanza traicionera La seguí hasta un callejón sin salida Hoy corrí Corrí hasta que mis pies despegaron Hasta que las luces de la ciudad quedaron atrás Hasta que el cielo parecía tan cercano Como si pudiera tocarlo con las yemas de mis dedos Hoy corrí ¿Para qué? Todavía no lo sé.

Ayer, las hojas se secaron. Así, sin previo aviso, sin anuncios dramáticos. Así, inesperadamente, sin motivo alguno. Y pienso que tal vez, a veces, nuestras almas son igual. Se secan, se caen, se quiebran. Así, trágicamente. Bruscamente. Inevitable.